Cap. 7 parte III
El aire le era extremadamente pesado, no podía mas. La capacidad de sus pulmones era el doble (y tal vez triple) de la normal.
Se llevo una mano al corazón para notar como su músculo se movía con impaciencia, dando abasto al resto de su cuerpo. Soltó el cuchillo de su mano, con asco, siendo el único sonido de la calle, el rebotar del manchado acero contra la calzada del piso.
Y luego, otra vez el silencio.
EL silencio que lo molestaba y llenaba su mente con las imágenes de lo que acababa de hacer. Cayó de rodillas, observando sus manos manchadas con sangre. ¿Qué acababa de hacer?
Ni la poesía mas hermosa de su canción favorita lo explicaría. Pero haz cumplido, tu meta ha sido cumplida.
Escupió un grito ahogado, perdiendo fuerzas con cada frase malévola que su mente le tatuaba en la memoria.
Le pidió al destino tiempo, y él se lo dio. Le pidió al cielo otra oportunidad y lo arruinó. Comenzó a temblar, y la falta de aire se hizo mas grande.
El destino del otro no depende de uno, pero… ¿si el destino engaña a uno? ¿Qué pasa cuando es otro quien mete la pata? Que es él quien mueve las piezas y arruina todo.
¿Imposible no?
Paciencia. Eso tendrías que haber tenido.
- No, ese significado lo borré de mi diccionario –susurró, con la vista clavada a un callejón.
Ser paciente es mas importante que ser inteligente.
- Fui paciente, y fui terco al creer ese comentario.
Escuchó a lo lejos las sirenas de ambulancias, y una fuerte frenada de auto.
Se habia autoprovocado una herida que no sanaría por un largo tiempo, y tal vez, fuera la útima.
Vió como el silencio volvia, y su mente comenzaba a atacarlo con recuerdos. Cómo los sueños de amor se habían desvanecido, y había intentado ordenarlo otra vez. Algo que se había gastado, hecho añicos, y quedado tan fino como la arena.
Se ahogo en sus creencias hipoteticas sobre que la culpa era del destino otra vez, por lo menos, hacia que se sintiera mejor… si es que sentía algo. Todo tipo de sentimiento había sido consumido por la ira. Hermoso pecado que se volvió su amigo mas cercano.
Pero si no podía cambiar el destino… ¿Porqué lo seguia atacando a cada momento?.
Cuando simplemente no encuentro las respuestas que yo quiero, me sumergo en mis historias y ahí escribo lo que para mi es la respuesta indicada... aunque sigo sin entender porque el destino castiga tanto.